Inma y Mary almorzando en El Cielo. Inma Díaz
No todo fue malo en el año 2020. Afortunadamente me encontré con estupendas experiencias como el acercamiento y cultivo de una amistad que permanecía latente de años anteriores. En cierta forma, el covid nos ayudó a compartir un espacio sano y libre que nos hizo conocernos y gustarnos como personas. Hablo de mis amigos Jose y Mary, con los que además me comprometo a aprender francés. Ese es uno de mis retos de 2021. Vivre la France! Viva España!
El mar desde Finca La Pata, Vélez-Málaga. Inma Díaz
Debe existir el espacio
para darle cabida a las alas,para que resuene el eco.
En el tiempo no creo.
Es un lienzo en los ojos
que a veces me deslumbra
y que me aburre a veces.
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