La ciudad la ha dejado desierta el covid.
Extasiarse con el mar es lo mejor que se puede hacer, dejar que la vista se marche lejos, aunque nosotros no nos movamos.
El cielo limpísimo, de azul intenso, da una sensación de seguridad, falsa porque sabemos que no todo lo que reluce bajo el sol, es bueno.
Nerja vive para el turismo, ahora languidece y malvive sin turismo.
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